domingo, 10 de enero de 2010

Tierra Blanca

Cielo, arreboles, nubes de nácar,
Noches y tardes de Tierra Blanca;
Noches serenas, tardes sonrientes,
Noches templadas, tardes ardientes,
Tibia armonía con el pluvioso –mes de septiembre-
Do’ fluye límpida la balada
Cuando se deja arrastrar la mente.

Tierra que huele a caña de azúcar
De los ingenios que le circundan...
Suelo del trópico de alma indemne
Donde el estío en forma perenne
Se ha detenido, porque el Dios Febo
Como una venia en ritmo solemne
Baña en efluvios los días de enero.

Oh, las calladas noches de junio
Cubre apoteósico plenilunio...
Rompe el silencio con sus murmullos
Cual duendecillos que de contentos,
Las golondrinas que en tierno arrullo
Violan las leyes de los silencios.

Cruzan, girando, las arboledas,
Los frambollanes y enredaderas,
Y en sortilegios y espirales
Buscan volando que sus nidales,
Sigan incólumes y se alejan
Para bajar en formas audaces
A protegerse de las tinieblas.

Suelo que abriga al viandante triste,
De hospitalarios y humanos lares.
Yo te proclamo, Dios te bendiga.
Porque no crezcan cardos ni ortigas.

Y que en ninguno de tus lugares
Donde el poeta puro se inspira
La paz se trunque, la luz se apague...

Pueblo, mi pueblo, pueblo sincero
Que te enclavaron los Dioses creo
En las feraces tierras benignas
Del vasto imperio de Sotavento.
Jarocho pueblo que identificas
El bronce puro que glorificas
Do’ se han citado fuerzas y talento.

Desde los montes y los collados
Hoy con orgullo proclamo al viento.
Esto es mi tierra, este es mi pueblo,
Un Tierra Blanca, y sin embargo,
Hoy te dedico mi humilde verso.

AMERICA ARANO OLIVEROS

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